AMURALLADO DE LA CIUDAD: DESDE SUS INICIOS HASTA LOS REYES CATÓLICOS.

Como ya he comentado anteriormente, Cartagena ha sido siempre un gran fortín defensivo, situada en el fondo de una pequeña península rodeada de colinas que se introducía entre el Mediterráneo y la pequeña laguna que se extendía por el norte. Garantizaban una fácil defensa sin renunciar a las grandes posibilidades de su puerto, excepcionalmente protegido por una bahía que se adentraba hasta las puertas de la misma ciudad.

Boceto realizado por Carmen Jiménez Sanz y Nuria Ramón Fernandez de como seria la ciudad de Carthago-Nova. Los círculos de color azul son las cinco colinas que rodean la ciudad. La línea azul es la zona del istmo donde se encontraba la entrada a la ciudad.

Boceto realizado por Carmen Jiménez Sanz y Nuria Ramón Fernández de como sería la ciudad de Carthago-Nova. Los círculos de color azul son las cinco colinas que rodean la ciudad. La línea azul es la zona del istmo donde se encontraba la entrada a la ciudad.

Las primeras civilizaciones que llegaron a Cartagena fundaron la cuidad de Mastia, a día de hoy no se ha demostrado que esta ciudad contuviera murallas. El primer tramado de muralla más antiguo que se haya encontrado en Cartagena corresponde a la muralla púnica. Su construcción se remonta aproximadamente hacia el 227 a.c con la fundación de la ciudad púnica “Qart-Hadast” al mando del general Asdrúbal. Algunos apuntan que destruyeron toda la ciudad de Mastia para reconstruirla de nuevo o simplemente hicieron una ampliación de la ciudad y un remodelamiento entero de todos sus edificios. La técnica arquitectónica empleada en su construcción responde a sistemas helenísticos difundidos en todo el Mediterráneo central, sobre todo en Sicilia e Italia meridional, pudiéndose encuadrar entre fortificaciones denominadas de “casamatas”. Esta muralla estaba formada con dos muros paralelos separados por unos seis metros de separación, construidos de bloques de piedra arenisca, unidos a intervalos regulares por otros muros o tirantes, quedando entre ambos una serie de estancias interiores, a veces comunicadas entre sí y con acceso desde la parte interna del recinto. En la parte superior, a la vez que cubría las estancias internas o casamatas, cubrían también el camino de ronda. No se sabe si disponían de torreones o el tipo de almenas que coronaban las murallas.

Solo habían dos puertas principales en la ciudad, una que daba al muelle comercial, y por lo tanto al mar (actualmente sería mas o menos donde se encuentra el arsenal militar), y otra por tierra en la zona del istmo. Actualmente no se hallan ninguna de las dos puertas.

Foto de un tramo de muralla púnica sacada del museo.

Foto sacada del museo «muralla púnica».

Este tramo de muralla fue descubierta en 1989 junto a la Plaza del Almirante Bastarreche, en uno de los patios del Hogar Escuela de “La Milagrosa”, en la ladera sur del Monte de San José y Despeñaperros, casi en línea con las Antiguas Puertas de San José que constituían uno de los accesos a la muralla de Carlos III.

Durante la época Romana no se encuentra ningún tramado de muralla, por lo que parece ser que durante su conquista mantuvieron la antigua muralla púnica de Qart-Hadast, con pequeñas transformaciones en la zona portuaria, dónde la ciudad romana se centrará, creando también algunas otras modificaciones con respecto a la reordenación urbanística.

Se han encontrado diversos programas epígrafos en el último cuarto del siglo I a.c, los cuales hacen mención a la construcción de recintos murarios de diversos núcleos itálicos y occidentales.

Carthago Nova, al contrario de Qart-Hadast, se centrará en en el sector comercial, por lo que las murallas no parecen responder tanto a una necesidad de defensa, sino su deseo de dotar a la ciudad de un elemento indispensable para su consideración como tal.

A mediados del siglo VI d.c, la reactivación de la ciudad con el dominio bizantino trajo consigo nuevas reformas urbanas que se centraron en el viejo teatro, aprovechando muchos de los materiales allí existentes. Los grandes cimentos del pórtico, ligeramente modificados en algunos tramos, debieron aprovecharse a modo de murallas que protegían la ciudadela.

Restos de la Muralla Bizantina.

Restos de la muralla Bizantina.

En las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el año 1983, dejaron al descubierto unos muros en los que había materiales de época bizantina correspondientes a una porción del recinto amurallado que protegía la ciudad. Ya sabíamos anteriormente que la ciudad bizantina disponía de murallas, tal como dice el texto de la lápida de Comenciolo encontrado el la plaza de la Merced en 1698. El texto dice lo siguiente: “ Quien quiera que seas, admirarás las partes de la torre y el vestíbulo de la ciudad afirmados sobre una doble puerta, a la derecha y a la izquierda lleva dos pórticos con doble arcos los que se superpone una cámara curvo convexa. El patricio Comenciolo mandó hacer esto enviado por Mauricio Augusto contra el enemigo bárbaro. Grande por su virtud, maestro de la milica hispánica, así siempre Hispania se alegrará por tal rector mientras los polos giren y el sol circumbe el orbe, Año VIII de Augusto. Indicción VIII”. Hoy día no tenemos evidencias de más tramos de muralla bizantina, únicamente algunos tramos encontrados en la calle Soledad.

Lápida de comenciolo que se encontraba en la puerta de entrada a la Muralla Bizantina. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena.

Lápida de comenciolo que se encontraba en la puerta de entrada a la Muralla Bizantina. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena.

Dejando atrás el esplendor de la ciudad de Cartagena durante la época Antigua, en la Edad Media Cartagena acumuló una serie de calamidades que imposibilitó su resurgir hasta alrededor del siglo X en época Islámica, que debido a las frecuentes guerras entre los reinos cristianos y Al-Ándalus, las murallas se convirtieron en un elemento defensivo- ofensivo de primera línea.

El recinto amurallado se encontraba en torno al cerro de la Constitución, con el objetivo de controlar la puerta de unas de las rutas comerciales mediterráneas.

Foto panorámica tomada del puerto desde el castillo de la Concepción en 1920.

Foto panorámica tomada del puerto desde el castillo de la Concepción en 1920.

La fortaleza de la ciudad era una madina islámica, es decir, una pequeña ciudad fortificada que ocupaba varios niveles siendo el primer nivel el alcázar, diferenciándolo con el resto de la ciudad mediante una muralla, protegiéndose no solo de los enemigos, sino de los propios habitantes. Su puerta de acceso corresponde a una estructura de laberinto propias de las fortificaciones islámicas de la época. (s. XII y s.XIII). En el resto de la madina se encontraba otra muralla tras el mar durante el s.XII.

Foto aérea del Castillo de la Concepción.

Foto aérea del Castillo de la Concepción.

Con la conquista cristiana de la ciudad Cartaginesa se encontró una ciudad plenamente desarrollada, que a finales del siglo XII y comienzos del s.XII, cuando la ciudad se reorganizó, mantuvo numerosas estructuras urbanas islámicas de la época. El amurallado de las ciudades durante la Edad Media era algo habitual, por lo que Cartagena no fue una excepción. En los muros, los lienzos exteriores eran normalmente de argamasa y en algunos tramos con piedra. Estos muros acabaron siendo un punto de apoyo arquitectónico durante el s.XV para construir nuevas casas que se encontraban pegadas a la muralla, lo que complicaba la defensa además del mantenimiento de los muros.

Cartagena no volverá a disponer de un digno sistema defensivo hasta el reinado de los Reyes Católicos.

RESTOS DE MURALLAS ACTUALES EN LA CIUDAD DE CARTAGENA

Museo de la muralla púnica

Museo de la muralla bizantina

-Museo del Castillo de la Concepción (época musulmana y cristiana)

BIBLIOGRAFÍA

-AZNAR ACOSTA, Francisco.Historia gráfica de Cartagena. Murcia: La Opinión, S.A, 1992. 504p. 84-87759-14-9.

-AZNAR ACOSTA, Francisco.Historia gráfica de Cartagena. Murcia: La Opinión, S.A, 1993. 600p. 84-87759-16-5.

-BENDALA, Manuel y BLÁNQUEZ Juan. Arquitectura militar púnico–helenística en Hispania. Formas e imágenes del poder en los siglos III y II a.d.C.: Modelos helenísticos y respuestas indígenas[En línea].2002-2003, vol, 28-29, 159p. [Fecha de consulta:18-11-2013].

-MARTÍNEZ ANDRÉU, Miguel y GRANDAL LÓPEZ, Alfonso. Cartagena: Itinerarios Culturales. Cartagena: Concejalía de Turismo, Concejalía de Cultura y Educación, 1994.79p. 84-87529-24-0.

-MUNUERA NAVARRO, David. Las murallas de la Edad Media.

-RABADÁN ESCUDERO, Ana (Coord). Itinerarios didácticos: Cartagena Romana. Cartagena: Instituto Municipal de Educación, 1998. 89p.

-RUIZ VALDERAS, Elena y MADRID BALANZA, Mª José. Las murallas de Cartagena en la antigüedad